El sabor de la tradición

En 1862, la reina Isabel II otorgó a los Jamones de Trevélez el privilegio de vestir la corona real, en reconocimiento de su excelente calidad.

 

Este jamón debe sus particulares características al medio natural (zona media baja del Parque Natural de Sierra Nevada) en que se produce, siendo su ubicación, el clima y la vegetación, los que proporcionan unas condiciones específicas para su curación, que le aportan su peculiar sabor.

 

 

 

El proceso de elaboración del jamón comprende varias fases:


  • Salazón: Es la fase más importante de todo el proceso, ya que de esta dependerá su calidad. Los jamones permanecen enterrados en sal durante 2 semanas aproximadamente.
  • Lavado: Para limpiar la sal adherida durante la salazón.
  • Secado y Maduración: Las piezas, clasificadas según peso, se trasladan al secadero, donde se almacenan colgadas bajo condiciones naturales de temperatura y humedad, y en completa oscuridad. Este proceso tiene una duración mínima de 24 meses.